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El parque de los mendigos

María Martínez

Buenos Aires (Argentina), 16 de abril de 2023

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Leyendo algunas cosas sobre el Patronato de Protección de la Mujer por su vinculación con las casas de acogida —refugios— de víctimas de trata, he visto mencionado varias veces el “Parque de mendigos de los Mataderos”. En algunas de esas lecturas y entre mi rastreo rápido en la web, parece que el parque de mendigos fue un lugar para personas desamparadas (“mendigos” o “multitud harapienta y miserable” según palabras del primer informe del Patronato) en los primeros años 40. Allí pernoctaban, pero también pasaban el día por no tener otro lugar al que ir. Tras la guerra, el edificio destinado a esas poblaciones no estaba en condiciones de ser usado y se hizo uso de un local en los mataderos de Madrid (de ahí su nombre). Llegó a acoger a entre 1.500 y 1.700 personas (entre varones, mujeres y algunos niños). Algunas instituciones, al menos el citado patronato, hicieron un trabajo de sacar a quien no correspondía. El patronato de protección de la mujer sacó a mujeres y niños; sus razones, no sé si aquí no importen, era protegerles de la inmoralidad de un lugar en el que convivía hacinada la gente que predisponía a actos de ese tipo. De alguna manera, esos desamparados fueron clasificados según la institución que podía ampararles —niños a instituciones dedicados a menores, mujeres al patronato, enfermos y discapacitados a hospitales u hospicios, ancianos a residencias, etc.—. Quedaron, dice el informe del patronato, unos 200 que no fueron ubicables: los más desamparados de los desamparados, los desechos.

Varias reflexiones, no muy claras, no muy estructuradas, me sugiere este lugar:

  1. El nombre. No es un refugio, no es una casa, no es un hospicio. Es un parque. Si el parque es la infraestructura del orden moderno, ¿cómo se entiende que el lugar del desecho sea un parque? ¿Lo es porque permite ordenar lo que queda fuera?
  2. La ubicación. Junto o formando parte de un matadero. Iñaki Rubio ha puesto algunos ejemplos de esos vasos comunicantes institucionales entre mataderos y lugares de protección (aquí y aquí). E Ignacio Irazuzta plantea (aquí) una reflexión del matadero como antirrefugio. De él, del matadero, me refiero, dice que “es un lugar donde lo matable tiene una existencia cotidiana, tanto que la matabilidad es su condición de existencia”. Siendo que el parque de mendigos un lugar para “multitud harapienta y miserable” y que fueron ubicados en un matadero, ¿se estaba pensando en protegerlos o hacerlos formar parte de un espacio que les hace convertirse en matables?
  3. Sus habitantes. O más bien los que quedaron tras la “limpieza” que hizo el resto de instituciones. ¿Es posible una política de protección o cuidado que recoja todo? ¿Qué pasa con quienes no encajan ni en el patronato de menores, ni el de la mujer, ni en el de enfermos? ¿Quién cuida —se preocupa y ocupa— de quienes no son más que restos de otros? ¿Podría existir un patronato (o institución u ONG hoy en día) de los descuidados y descontados?