Home » Viñetas » Cuentas

Cuentas

Carolina Kobelinsky

Nanterre (Francia), 20 de marzo de 2023

Copyright

Hoy llegué al campus de Nanterre temprano, algo antes de las nueve. Sobre las baldosas del piso de la galería que une los distintos edificios, creo que se llama allée de l’Université, se leía nítidamente la inscripción “número de muertes por femicidio desde el 1-1-2023” y luego, a medida que iba avanzando, divisaba, escrito con aerosol negro y violeta alternadamente, 1, 2, 3, 4, 5, 6,7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29. Después del número 29 otra inscripción indicaba “al 16-03-2023”. Todas y todos los que pasaban —no eran tantos por la hora, pero así y todo algunas decenas— bajaban la vista, nadie podía esquivar la lista.

Mientras caminaba sobre los números me recorrió una sensación extraña. No diría que me sentí caminando sobre las mujeres asesinadas pero me dio algo feo. Y me hizo pensar en esa acción de no me acuerdo qué colectivo militante que llevó hace algunos años una lista de muertos en el Mediterráneo al Parlamento europeo y la desplegó en un pasillo del edificio de la UE en Estrasburgo. En eso pensaba cuando, la lista de femicidios ya varios metros detrás, llegué a mi oficina y pasé a otra cosa. Pero algunas horas después, cuando emprendí el regreso volví a ver y a caminar sobre la lista y nuevamente me vinieron en mente los registros de muertos en la frontera.  

El primer esfuerzo por contar, en el sentido de contabilizar, los muertos y desaparecidos en la frontera europea fue el del periodista italiano Gabriele del Grande, qui inició a fines de 1990 un blog donde sistematiza la información obtenida en la prensa (de las ciudades costeras, también de los periódicos más importantes de los distintos países-frontera). Poco después llegó la iniciativa de la asociación United for Intercultural Action y unos años después la de The Migrant Files, consorcio de periodistas independientes. En todos los casos el objetivo era visibilizar las muertes y desbaratar el discurso de los sucesos trágicos accidentales o fortuitos, poniendo en relación las muertes y las desapariciones con la fabricación de la frontera de la UE.

A partir de 2013 entra en la escena del conteo la Organización internacional para las migraciones (OIM) y, de hecho, sus estadísticas van a imponerse tanto en los medios de comunicación como en los trabajos científicos. Charles Heller y Antoine Pécoud estudiaron el quehacer de la OIM en esta materia y muestran que el trabajo de producción estadística es más o menos el mismo que el que llevaban a cabo los activistas. Pero, y hete aquí la gran diferencia, el discurso de la agencia intergubernamental aísla los números de muertos y desaparecidos del contexto que los provoca, despolitizando completamente el trabajo de registro.

No sé muy bien por qué llegué a esto a partir de los números de mujeres asesinadas inscriptos en las baldosas grises de Nanterre. Tal vez, no lo sé bien, pero tal vez, porque aunque la lista me interpeló, me faltaron sitios, configuraciones políticas, contextos, y sólo me quedó el sabor desabrido, incompleto, de las cifras a secas.