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Vuelve Lobatón

Por Gabriel Gatti

Paco Lobatón regresa a Televisión Española. El periodista, veterano ya, desde que abandonó la televisión pública en 1998 hizo del éxito obtenido desde 1992 a ese año con su famoso programa Quién sabe dónde su imagen de marca. Bajo ese sello auspició el nacimiento de una Fundación —Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSDglobal—,  junto a notables de diversos oficios, muchos con la búsqueda del que no está como uno de sus propósitos. Avaló también la formación de una asociación de familiares de desaparecidos, interSOS, con gente que pasó por su programa. Ayudó a constituir el campo del «desaparecido sin causa aparente».

Aun habiendo pasado veinte años de terminado, Quién sabe dónde y Paco Lobatón persisten en la memoria como uno de los referentes de la televisión de España de los años noventa.  Pasó de todo por allá, desde Anabel Segura a desaparecidos argentinos, desde algunos que fueron luego “bebés robados” hasta ancianos con Alzheimer perdidos. Ayudaron a instar, sí, el concepto: “Desaparecido”.

Ahora vuelve, y el despliegue de promociones de RTVE que lo anuncia es impactante. El programa se llama Desaparecidos. Fuerte novedad, que habla del éxito rotundo de una categoría ya instalada en el imaginario del común para pensar en quienes ya no están en él, haya o no causas para esa ausencia, la cosa es que no están ya en el mapa que todos compartimos. Desaparecidos habla, en efecto,  de sujetos ordinarios, usted, yo, cualquiera, perdidos en un laberinto con forma confusa, que hay que saber leer, y promete ayudar a hacerlo. El laberinto parece  una ciudad, clara pero con zonas oscuras, o un país llano pero con huecos siniestros. El conjunto, es una huella dactilar con muescas, pues de la identidad que representa faltan piezas. Una infografía brillante juega con presencias y ausencias, siluetas rellenas y vacías, marcas en esa ciudad compartida. A todos nos puede pasar, insisten. A todos nos afecta, repiten. Es cosas de todos, sugieren.

Además del nombre, el logo, la música… los veinte años que pasaron desde que Quién sabe dónde bajó la persiana han traído otra novedad: la técnica. Drones, redes, protocolos de búsqueda, algoritmos para detectar ausentes… Desaparecidos dice que se puede manejar bien por los laberintos de esa ciudad compartida pues ahora contamos con la técnica para hacerlo. No hay carga valorativa: el desaparecido es un sujeto común fuera de cuadro. Se trata de buscarlo con la buena técnica, ni más ni menos. Como con toda víctima, la causa está demostrada. Esa es la novedad —¿inocente? ¿morbosa? ¿irresponsable? ¿sensible?—que promete Desaparecidos.