Álvaro Villar
La novela relata los últimos días de Nicola, una mujer que hace frente al avance sin remedio del mieloma múltiple, un cáncer ubicado entre los huesos dorsales de su columna vertebral. La trama transcurre en Melbourne y comienza con la llegada de la afectada al chalet de la protagonista, su amiga Helen [es un asunto autobiográfico] quien se presta a facilitarle un dormitorio en el que instalarse durante el transcurso de una terapia llevada a cabo en una clínica alternativa a 20 minutos del domicilio.
A lo largo del relato, conforme la enferma experimenta los peores síntomas de la enfermedad combinados con los efectos secundarios de un tratamiento a todas luces ineficaz, tendrán lugar una serie de conflictos que harán aparecer a sus hijos, residentes en Sydney quienes, junto a la nueva cuidadora y su propia familia tratarán de sostener sus últimas necesidades cuestionando, a la vez, el valor de sus propias decisiones. El resultado de todo ello es el surgimiento de una estructura de vínculos accidentales, siempre incompletos, que pivotarán continuamente en torno a la habitación de invitados, es decir, el lugar donde Nicola mantiene una posición propia antes de volverse totalmente dependiente. Será la estancia donde se desarrolla gran parte de las escenas articuladas en el escrito y que llegará a simbolizar –como el moridero– un escenario imaginario donde tensionar ideas como la hospitalidad o el afecto ante el advenimiento de una muerte que por inevitable se vuelve más agónica.