Decorados incoherentes en espacios institucionales. Pensar los cuidados a través de objetos
Iñaki Rubio
La tesis doctoral que estoy actualmente desarrollando se ambienta en una institución común, de esas que salpican nuestras ciudades, eso sí, con más discreción que otras como ambulatorios y hospitales. Me refiero a las residencias de ancianos. Y dentro de estas, investigo la condición de aquellas personas que carecen de entorno y vínculos sociales fuera de la propia institución. Al acercarme como investigador a las residencias de ancianos, el principal problema que debí afrontar es que resultaba muy difícil establecer, precisamente, qué es una residencia de ancianos hoy en día. El papel que le otorgan los materiales jurídicos difiere del que trazan los manuales médicos, que a su vez poco tiene que ver con lo que interpretan las familias —con el período pandémico todavía reciente— o los profesionales. A través de una etnografía, fui dibujando cómo se distribuían las estancias una de estas instituciones y qué objetos se podían encontrar en cada parte, articulando con ello un relato bastante coherente que iba fijando tinta sobre papel lo que recordaba y anotaba de mi paso por el lugar. Al retomar esas descripciones con una mirada analítica, vi que algunas estancias y objetos de los considerados se mostraban extraños entre sí e incluso contradictorios. Hablo de un crucifijo que se encontraba en la capilla, un fármaco que reposaba en la mesa metálica de una enfermería, y un balón de rehabilitación que se encontraba en un gimnasio. Estos objetos, aunque parece que no guardan ningún tipo de relación, sí que mostraban algo relevante, desvelaban algunas historias de la institución: su pasado religioso y de asistencia benéfica, la incorporación del prisma médico y asistencia estatal, y los posteriores enfoques de cuidado y las profundas problematizaciones que introdujo en este y otros espacios) que atravesaban la institución, y que de algún modo habían sedimentado en esta como capas materiales que dejan muestra, algunas de modo más velado y otras de modo más evidente, de las distintas lógicas que atraviesan a día de hoy las residencias de ancianos. |
Tomando en consideración especialmente las dos últimas capas, en la investigación aterriza la idea de cuidado como una cuestión relevante para entender la composición actual de las residencias de ancianos y que, en el marco del proyecto ViDes, también trabajaremos en relación con los espacios donde se habita la desaparición social. Trasladando el foco a estos otros escenarios, se trataría de entender el cuidado a través de las materialidades, objetos y estructuras que asientan y definen refugio preguntándonos: ¿cómo se produce el cuidado en los refugios donde se habita la desaparición social?
Una mirada rápida a la ya extensa colección de catas y viñetas que se han ido generando visibiliza sin mucho esfuerzo objetos presentes en las descripciones y fotografías que pueden servir a este propósito. Mantas, cajas de cartón y harapos. Jardines, basura, teléfonos móviles y animales de compañía (estos últimos, no objetos). ¿Se podría pensar el cuidado en los refugios a través de este tipo de materialidades? No parece una tarea sencilla, y en esta se cuela una diferenciación importante. En determinadas ocasiones, se podría decir que se trata de objetos que cuidan, y al hacerlo se instituyen por sí mismo en refugios. Por ejemplo, la manta térmica, la caja de cartón, un teléfono móvil o incluso los animales de compañía cuidan a las personas que caen en situaciones de exclusión extrema. Este es el caso que trabaja Daniela Rea en su cata Grupos de WhatsApp. Y en otros casos, podemos hablar más bien de objetos que se usan para cuidar, haciendo acopio de este sentido por la forma en que son utilizados. Como sucede en las esperas interminables que Álvaro Villar ha trabajado en profundidad, poniéndonos en situación en Jugadas de la espera donde cualquier cosa podría usarse para cuidar, aunque sea, con el propósito ambiguo de seguir esperando.
Si nos fijamos, en determinados escenarios los pequeños objetos que se acumulan y ejercen el cuidado son coherentes entre sí. Cuando hablamos de una persona en situación de calle, que su pequeño refugio provisorio esté compuesto de materiales igualmente precarios como es una manta térmica, harapos y una caja de cartón, se nos define una escena estéticamente uniforme, donde todos los elementos parecen guardar una consistencia de exposición, desorden, o sufrimiento, pero pensable en términos similares. Las distintas materialidades señalan en una misma dirección. El cuidado se ejerce como se puede sobre el propio cuerpo, a cachitos, aportando capas térmicas y de intimidad como si de armar un puzle se tratara. Pero en otras ocasiones encontramos materiales heteróclitos conviviendo, como es un rincón de basura en un jardín, donde aparece teléfono móvil operativo, un futbolín y un animal de compañía. En este caso, las distintas materialidades que conviven en el refugio trazan distintas líneas que se enredan en ese punto y que dan cuenta de una vida sujeta a un cuidado compuesto por capas que apuntalan, sobreponen, reescriben y ejercen representaciones divergentes. El teléfono conecta con personas que no están, el animal personifica una compañía que de otro modo no existiría, el futbolín una fuente de ocio poco probable, y el jardín establece un marco de ordenación mientras que la basura representa todo lo contario, el descuido de las vidas expulsadas. Estos elementos contradictorios condensan en la superficie del refugio historias de cuidado/descuido que demandan ser contadas tanto en los términos que las vuelven singulares, separadas del resto de materiales, como en la medida que devinieron, accidental o premeditadamente, parte de un mismo escenario. De este modo, los refugios y las lógicas de cuidado que en ellos se articulan podrían pensados a través de sus objetos y estructuras como palimpsestos. Es decir, territorios irregulares y construidos con cimientos de distinta naturaleza, que conservan y concilian trazos que aparentemente no tienen mucho en común. Esta síntesis material extraña en el seno de los refugios podría servir para explicar determinadas prácticas que se producen en su interior que, sin apoyarse en los pequeños objetos presentes sería difícil afrontar. O que, sin tomar en cuenta sus distintos orígenes y significados, podrían resultar absolutamente disparatadas y contradictorias.